María Claudia Augusto**

Las elecciones generales se han desarrollado en un contexto sui generis. Los cambios recientes en el financiamiento del sistema de partidos que prohíben la contratación privada en medios, la crisis política y especialmente, la emergencia sanitaria, establecieron restricciones y desafíos para el desarrollo de campañas electorales. Si antes la fórmula tradicional se centraba en pintas, mítines y clientelismo electoral, los candidatos han optado por nuevas estrategias que incluyen lo digital.

El internet tiene un potencial democratizador, en tanto facilita el acceso a información, la participación directa y la rendición de cuentas. En el Perú, el aumento de usuarios de redes sociales – de seis a más de veinte millones en una década – dan cuenta de una tendencia mundial, beneficiada por la penetración del smartphone en el mercado. De acuerdo a datos de IEP[i], el 74% de peruanos accede diariamente a redes sociales como Whatsapp (87%), Facebook (83%) o Twitter (15%).

Este auge se explicita también en la campaña electoral. Todos los principales candidatos contaron con una cuenta en Facebook y Twitter, con un nivel de uso diferenciado de acuerdo a la estrategia y público objetivo. Asimismo, algo innovador fue que, en el último tramo, candidatos como Hernando de Soto y Keiko Fujimori participaron activamente en TikTok, buscando captar a los votantes más jóvenes a través de trends.

Respecto al tipo de mensajes, en Twitter, los candidatos priorizaron temas programáticos (más del 20%), actividades de campaña (19,8%) y opiniones de coyuntura (15,6%)[ii]. Resulta interesante constatar que contenidos vinculados al plan de gobierno o al resto de candidatos tuvieron un espacio marginal, mostrando una desalineación ente el candidato y organización, propia de nuestro sistema de partidos. Cabe señalar que, aunque la penetración de Twitter es baja en nuestro país, su poder de amplificación en la opinión pública es alta dada su capacidad de transmitir mensajes directos y concisos.

No obstante, el potencial democratizador del Internet se ve opacado por otras estrategias. La precisión de los algoritmos y las oportunidades de segmentación para la publicidad de contenidos, pueden ser empleadas para difundir mensajes polarizantes. Recientemente, por ejemplo, Facebook eliminó más de 160 cuentas falsas a favor de candidatos de Fuerza Popular, así como anuncios publicitarios no identificados, que llamaban a oponerse al comunismo[iii].

A esto se suma el uso de noticias falsas, bots para posicionar mensajes o trolls para atacar contrincantes, herramientas que sesgan la percepción del usuario en su navegación digital. Al emplear mensajes que apelan a sentimientos y posturas polarizantes, se refuerzan cámaras de eco, lo que resta al diálogo democrático.

Medios, redes y la campaña electoral, por Hugo Coya | Columna | Elecciones  2021 | Redes sociales | Medios de comunicación | OPINION | EL COMERCIO PERÚ
Obtenida de El Comercio (2020)

Para concluir, planteo tres reflexiones finales. Primero, no podemos dejar de lado las brechas de acceso a internet. Carrión et al (2019), lo resumen bien: la probabilidad de usar las redes sociales incrementa en la población urbana, joven, educada y con mayor riqueza[iv]. Por el contrario, la población rural y de bajos recursos carece, en su mayoría, de acceso o cuenta con una señal deficiente, lo que exige otras estrategias de campaña.  

Segundo, nuestro entendimiento debe alejarse de la concepción vertical que asume una relación unidireccional entre candidato-simpatizante o que exige ciertas interacciones por parte de una élite, como una campaña activa en Twitter. Como señala Villanueva, se trata de acercarnos a estas plataformas como medios cuya interacción posibilitan la construcción de una red[v]. Esto nos permite entender por qué las protestas de noviembre se gestaron de forma espontánea o por qué un contendor con apenas 3000 seguidores en Twitter puede disputar una segunda vuelta en el Perú[vi].

Finalmente, pensar en los retos de la profesionalización de campañas electorales en un contexto de debilidad partidaria. Sin élites partidistas, las organizaciones optan por manejarlas con cuadros poco capacitados o por contratar a equipos externos, que demandan una gran cantidad de recursos. Sin marcas partidarias predecibles, las organizaciones centran su campaña en el candidato presidencial, dejando de lado al resto del elenco. Pese a ello, un buen manejo de redes puede generar un respaldo voluntario, capaz de suplir algunos vacíos inmediatos de la organización.


[i] IEP. Informe de opinión, diciembre 2020.

[ii] Jurado Nacional de Elecciones. (2021). Perfil Electoral: Elecciones Generales 2021. Redes Sociales en la campaña electoral. Recuperado de https://bit.ly/3w6sqvD

[iii] Cabral, E. (12 de mayo de 2021). Ojo Público. “Facebook eliminó anuncios virales a favor de Keiko Fujimori porque no declararon financistas”. Recuperado de https://ojo-publico.com/2698/facebook-veto-anuncios-favor-de-fujimori-por-no-revelar-financistas

[iv] Carrión, J., Zárate, P., Boidi, F., Zechmeister, E.  (2019). Cultura política de la democracia en Perú y las Américas, 2018/19. Tomando el pulso a la democracia. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

[v] Villanueva, E. (2020). El post blog de EVM. “Las redes si son el Perú”. Recuperado de https://eduardovillanuevamansilla.substack.com/p/las-redes-si-son-el-peru?fbclid=IwAR3VeAwbsHCYHiEL7BkKUfmS-PNMCcJVMkk2Z8F3HnHfKWM2BL7SQbhi8sE/

[vi] Ledgard, J. (2020). Rest of the World. “La sorpresiva elección de Perú revela profundas divisiones digitales.” Recuperado de https://restofworld.org/2021/eleccion-peru-redes-sociales/

Imagen de portada obtenida de IDEHPUCP


*Algunas de estas ideas son desarrolladas en un artículo en elaboración escrito junto a Gabriela Vega Franco.

**María Claudia Augusto, licenciada en Ciencia Política y Gobierno por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Ha sido asistente de investigación en el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico y pre docente de los cursos de Teoría del Estado y Teoría de la Democracia en la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP. Asimismo, ha trabajado en instituciones públicas como el MEF, CEPLAN y actualmente en el Ministerio de Cultura. Sus trabajos abordan los temas de capacidad estatal, democracia y política subnacional.