Luis Fernando Llanos Ilescas* |
En palabras de Giovanni Sartori, en su libro Partidos y Sistemas de Partidos, un partido político puede entenderse como un intermediario entre la sociedad y el Estado, el cual busca canalizar y transmitir las demandas de la población para que sean tomadas en cuenta al momento de diseñar una política pública (2012: 100-101). Sin embargo, el problema con los partidos políticos en el Perú es que son todo menos intermediarios. En la actualidad, estas agrupaciones políticas tienen un propósito utilitario: ser meros vehículos de intereses personales dentro de la política (Zavaleta, 2016:05). Atrás quedaron los años en los que existían partidos que, más allá de sus defectos y virtudes, tenían como propósito formar un mejor país. Ello a través de la formación de cuadros y defendiendo sus ideologías.
Actualmente, la falta de verdaderos partidos políticos ha traído tanto desprestigio a la política peruana como percepción de incapacidad para satisfacer demandas sociales. Ello ha derivado en un incremento de protestas, las cuales, han terminado con muertos y/o heridos (Pajuelo, 2004: 61-62). Un claro ejemplo se puede apreciar en las manifestaciones a raíz de la caída de Pedro Castillo. En principio, estas buscaban la liberación del ex-presidente, así como el cierre del parlamento y la instauración de una Asamblea Constituyente. No obstante, con el pasar del tiempo, las manifestaciones cambiaron el mensaje y ahora buscan el reconocimiento de derechos fundamentales así como demandas de una mejor calidad en lo que respecta a salud y educación (Coronel, 2022). Por ello, se entiende que, de haber tenido partidos políticos reales, estos podrían haber buscado satisfacer estas demandas con miras claras, a ganarse el apoyo del público, y cambiar la realidad del país. Lo cual, desde un primer momento, pudo evitar que las manifestaciones se intensificaran.
Asimismo, se puede afirmar que tanto la violencia dentro de las protestas como la ejercida por parte del gobierno no habrían llegado a escalar al punto de tener más de 70 muertos (NYT, 2023); en caso de que los partidos se hubiesen encargado de buscar esclarecer los motivos de las muertes. Sin embargo, lo único que podemos observar del actual parlamento es el constante “terruqueo”. Este se aplica a nuestros compatriotas; catalogandolos de posibles terroristas que tienen vínculos con el narcotráfico y cuya única misión es generar una escisión en el Perú (El País, 2023). Es inconcebible que los parlamentarios que juraron representar a los ciudadanos y satisfacer sus demandas, sean ahora los primeros en atacar a manifestantes, cuyo único delito es visibilizar el abandono que sienten por parte del Estado.
Pero, ¿qué podemos hacer, en el corto plazo, para asegurarnos que los partidos realmente busquen ayudar a una ciudadanía, que clama desde hace meses por alguien que los escuche? Para comenzar, continuar con la vigilancia que se le hace al parlamento y a los partidos en sí. Sea esto, a través de la sociedad civil o de los medios de comunicación. Gracias a ellos, nos enteramos de que los parlamentarios prefieren gastar en alfombras persas o viáticos (El Comercio, 2023); en lugar de trabajar o fungir como intermediarios cuyo propósito sea buscar la paz y el progreso en nuestro país.
Mientras que, a largo plazo, la tecnocracia trabaja por la reforma de partidos políticos. En este punto debemos ser conscientes de que no solo hay que esperar por su desarrollo a través de una comisión de alto nivel. Es más, lo que la ciudadanía debería hacer es fiscalizar y demandar a los partidos con el mejoramiento de sus cuadros y la reestructuración de sus bases partidarias con miras a tener mejores políticos que conozcan la realidad nacional y se preocupen por mejorar la misma. Un claro ejemplo, nos guste o no, de un partido que está tratando de emular a las épocas de antaño es Fuerza Popular. Ello, con la creación de la mediática Escuela Naranja, un centro de formación cuyo principal propósito es recordar los logros de Alberto Fujimori y enseñar a los posibles cuadros, todos los pasos a seguir para poder formar parte de la política nacional (Epicentro, 2021).
Sin duda, los partidos políticos ya no son lo que eran, se han vuelto maquinarías que solo responden al aplauso fácil. No obstante, esta situación no tiene que ser eterna, está en nuestras manos cambiar este sino impuesto por otros. Por otra parte, si lo pensamos, cambiar esta realidad no solo podría llegar a evitar futuras protestas, en el sentido que muchas de las demandas serían escuchadas y transferidas a los respectivos poderes a través de los partidos; sino que permitiría tener mejores políticos. Dado que, habría un esfuerzo por parte de estos grupos en formar a sus cuadros no solo en temas como la oratoria o la realidad nacional, sino también en la búsqueda de formar un mejor país, a través de leyes o proyectos que ayuden a cambiar problemáticas como la desigualdad, la pobreza, la pésima calidad de salud, de educación, etc. Está en nuestras manos comenzar a demandar que toda esta situación cambie, si algo nos ha mostrado la historia de nuestro país es que, si el pueblo demanda con suficiente fuerza de palabras y espíritu, los cambios pueden llegar a ocurrir, solo tenemos que insistir y seguir adelante.
Fuentes
Coronel, O. (2023). Ni revolución ni barbarie. La complejidad del estallido peruano. Recuperado de: https://www.revistaideele.com/2023/02/22/ni-revolucion-ni-barbarie-la-complejidad-del-estallido-peruano/
El Comercio. (2023). Gastos polémicos en el Congreso: ¿Quiénes son los responsables de las compras? Recuperado de: https://elcomercio.pe/politica/congreso/gastos-polemicos-en-el-congreso-quienes-son-los-responsables-de-las-compras-noticia/
El País. (2023). El terruqueo, el arma verbal que pone a los manifestantes peruanos en la diana. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2023-01-06/el-terruqueo-el-arma-verbal-que-pone-a-los-manifestantes-peruanos-en-la-diana.html
Epicentro. (2021). Los secretos de la “Escuela Naranja”. Recuperado de: https://epicentro.tv/los-secretos-de-la-escuela-naranja/
The New York Times. (2023). La policía y el ejército de Perú usaron fuerza excesiva contra manifestantes. Recuperado de: https://www.nytimes.com/es/2023/03/16/espanol/peru-policia-ejercito-protestas-armas.html
Pajuelo, R. (2004). Perú: crisis política permanente y nuevas protestas sociales. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20110307061339/5Pajuelo.pdf
Sartori, G. (2012). Partidos y Sistemas de Partidos. Marco para un análisis. Recuperado de: https://ezequielsingman.files.wordpress.com/2017/03/sartori-partidos-y-sistemas-de-partidos.pdf
Zavaleta, M. (2016). ¿Partidos a la medida? La oferta política en el Perú post-Fujimori. Recuperado de: https://argumentos-historico.iep.org.pe/wp-content/uploads/2016/02/ZAVALETA_MARZO2016.pdf
Luis Fernando Llanos Ilescas*, estudiante de Ciencia Política y Gobierno y Comisionado de Publicaciones