Posicionamiento del keikismo

Milagros Rejas
15 de marzo de 2016

Es conocido que dentro del fujimorismo hay dos corrientes dominantes: el albertismo y el keikismo. Sin embargo, estos últimos meses  se ha especulado sobre el porqué de la separación de algunos miembros  albertistas de la cúpula central de Fuerza Popular. Hace unos meses, Alberto Fujimori envió una carta desde la DIROES en la que señalaba su posición con respecto a la evaluación de los candidatos al Congreso para las elecciones del 2016, haciendo énfasis en la incorporación de Martha Chávez, María Luisa Cuculiza, Salgado y  Alejandro Aguinaga a las candidaturas congresales.

 Sin embargo, las últimas declaraciones de la  lideresa de Fuerza Popular,  Keiko Fujimori, respecto a la decisión de no llevar a la  reelección 18 de sus representantes  parlamentarios, causó polémica dentro y fuera de esta agrupación, pues figuras como Chávez,  Aguinaga y Cuculiza , emblemáticos rostros albertistas, no serán considerados para los comicios de las próximas elecciones.

Estas noticias causaron confusión y cuestionamientos sobre el liderazgo dentro del fujimorismo. Por un lado, se cuestionó el liderazgo de Keiko Fujimori dentro de Fuerza Popular, especialmente luego de  las declaraciones de su hermano Kenji respecto a las evaluaciones de los candidatos al congreso; y, por otro lado, se ratifica que el liderazgo de la organización recae en Keiko, debido a que Alberto Fujimori tuvo que recurrir a una estrategia mediática para hacer valer su posición con respecto a la exclusión de sus allegados.

Para entender la real magnitud de este acontecimiento dentro del fujimorismo nos debemos remontar a las elecciones generales del 2011, donde se marca una etapa fundamental en la construcción partidaria del fujimorismo y la visualización de los conflictos internos en un nivel más mediático. Pues es en la segunda vuelta presidencial donde se comienza a observar indicios del posicionamiento de un solo liderazgo y los indicios de una exclusión definitiva de los albertistas en la toma de decisiones dentro del fujimorismo.

Entonces  nos preguntamos  qué pasó con el fujimorismo después de las elecciones del 2011, si su construcción partidaria presentó cambios nuevamente o tal vez continuó con su carácter personalista. A partir de una investigación de campo, que se realizó posterior a las elecciones del 2011; se pudo observar que a nivel de organización de secretarías nacionales, provinciales y funcionamientos de comités de base, el fujimorismo presentaba inactividad dentro de su organización partidaria. Esta característica es repetida en la historia de la agrupación fujimorista, pues desde su aparición en los 90 hasta la actualidad solo se presentan en actividad partidaria meses antes de las campañas electorales.

 Asimismo, se observó que los conflictos dentro de la organización fujimorista disminuyeron posterior a dichas elecciones, pero esta disminución de conflictos se expresó con la salida de algunos cuadros fujimoristas allegados a Alberto Fujimori, donde especialmente se resalta el cese de actividad de los comandos del chino, quienes seguían órdenes directas de Alberto Fujimori.

Una de las explicaciones que abordamos del porqué del cese de actividad de los comandos fujimoristas albertistas y la disminución de la influencia tradicional del fujimorismo, se relaciona con el cambio del gobierno nacional. Pues con el gobierno de Alan García, Alberto Fujimori contaba con beneficios extraordinarios en la prisión donde se encuentra recluido actualmente, ya que contaba con flexibilidad en los horarios y el número de visitas diaria. Asimismo, tenía a la mano aparatos tecnológicos como celulares y un Ipad, que le permitía tener un contacto cercano con muchos miembros del partido y organizar por medio de estos almuerzos y reuniones con dirigentes provinciales. Incluso al costado de la DIROES, en el local de Barbadillo en Ate, se alquilaba un local donde generalmente los militantes y dirigentes fujimoristas se reunían.

No obstante, cuando Ollanta Humala entró al poder en el 2011, todos los beneficios de Fujimori fueron suspendidos, estableciendo un horario de visitas definido, además de decomisarle sus aparatos tecnológicos. Por tanto, aquellos fujimoristas que tenían contacto directo y que aún seguían órdenes del su antiguo líder se vieron perjudicados, pues su esfera de influencia se vio reducida cuando el líder tradicional ya no podía ejercer la misma influencia.

Por el contrario, la disminución de estos beneficios fue favorable para la vertiente keikista, pues el disminuir el contacto de los albertistas con Fujimori ayudó a que Keiko ejerza una mayor autoridad sobre todos los fujimoristas, lo que le permitió que se excluya completamente aquellos miembros del partido que no querían reconocer el liderazgo único de Keiko. Esta exclusión de la vertiente albertista se fue dando desde finales del 2011 hasta inicios del 2014, por lo que actualmente se presenta una vertiente dominante: la keikista. No obstante, los albertistas, si bien excluidos de las esferas de influencia del partido fujimorista, continúan su actividad en el local central de la avenida Colón, pero sin capacidad de decisión sobre la acción política del fujimorismo.

Una muestra de la consolidación de la  actual vertiente Keikista  consiste en que cuenta con el apoyo de casi toda la bancada fujimorista, exceptuando algunas figuras políticas del núcleo duro del fujimorismo tradicional como Martha Chávez y Luz Salgado, quienes son fieles a su tradición fujimorista, no obstante, brindan apoyo a su lideresa actual, denominándose como invitadas de Fuerza Popular.

Esta división de liderazgos se evidencia actualmente en la dinámica territorial que se muestra en la ciudad de Lima. El comité ubicado en la avenida Colón se encuentra bajo el mandato de la vertiente albertista, pues solo se organizan eventos con fines de apoyo a la liberación de Alberto Fujimori, siendo alrededor de 67 los afiliados. Y, por otro lado, el comité ubicado en la avenida Arequipa, donde se encuentran los keikistas y algunos albertistas, cuenta con alrededor de  93  afiliados. Sin embargo, el local puramente keikista se encuentra en Chacarilla, donde solo pueden ingresar personal propio de Keiko.

Esta tendencia, vista hacia el presente, muestra la consolidación de un solo liderazgo, en el que se  posiciona Keiko Fujimori respecto a al liderazgo tradicional de su padre. Pero si bien se cambió de líder físico, Keiko Fujimori mantiene el mismo estilo de liderazgo vertical y personalista igual que su padre. Si bien mediáticamente el discurso de Keiko se centra en señalar que ella no es su padre para que no se le atribuya “la carga de terceros”, a nivel interno la imagen que se muestra de Keiko es similar que la de Alberto Fujimori. Esto es visible desde la composición de las fotos, las cuales son bastante parecidas, en término de estilo, a las fotos que se solía tomar Alberto Fujimori,  sin olvidar los discursos en los cuales resalta los “aciertos” del gobierno de Fujimori.  Incluso la toma de decisiones se mantiene de forma jerárquica, donde prácticamente el Comité Ejecutivo Nacional es el único rector dentro del partido, pues la secretarias nacionales no presentan mayor injerencia en la toma de decisiones pues prácticamente son inexistentes o inactivas.

Mediante la estrategia visual y discursiva  el partido, se busca que el militante y/o simpatizante crea que Keiko es su padre, pero esta presentación dentro del partido tiene dos efectos. Por un lado, para los albertistas, Keiko es un medio para que Alberto pueda volver al poder; y por otro lado, para los keikistas, Alberto es un medio para legitimar a Keiko ante los fujimoristas. En el fujimorismo, cada vertiente vela por sus intereses. El apoyo actual de los albertistas al keikismo es por la gran posibilidad de que el fujimorismo llegue al poder y pueda liberar a su líder tradicional. Pero si sus expectativas no se ven cumplidas, es muy probable que genere conflicto al interior del partido causando la posible división definitiva del fujimorismo en dos agrupaciones distintas, lo cual no sorprendería que un futuro haya dos fujimorismos: el Keikista y el Albertista, este último liderado  por Kenyi , porque el fujimorismo no es fujimorista si no lidera un Fujimori.

*La Asociación Civil POLITAI agradece a Milagros Rejas, licenciada en Ciencia Política por la Pontificia Universidad Católica del Perú, por publicar su artículo en este medio. La Asociación no comparte necesariamente las opiniones del autor.