Las Políticas Públicas de Adaptación al Cambio Climático en los países de la región andina: Una mirada a las buenas prácticas de la región   

Alejandra Valverde Valverde  
11 de noviembre 2015

Hace dos años, encontraba con preocupación que el cambio climático había sido abordado, casi exclusivamente, desde una lógica de mitigación en los países andinos. Las explicaciones para no adaptarse eran muchas: bajos recursos financieros, complejidad política, falta de capacidades técnicas y de conocimiento científico[1]. Y, ciertamente, a diferencia de otras regiones del mundo, en la región andina órganos supranacionales como la CAN, UNASUR, Alianza del Pacífico y CELAC parecen no tener roles tan importantes para ejercer de guía en estos temas. Por ende, las respuestas son nacionales, innovadoras y arriesgadas. Ad-portas la COP21, en este ensayo busco revisar brevemente dónde estamos en las políticas de adaptación al cambio climático (PACC) en los países de la región andina ¿Qué se ha hecho? ¿cómo se ha hecho? Y ¿qué podemos aprender sobre este tipo de políticas?

Comencemos por conocer las PACC. Las PACC funcionan bajo el objetivo de manejar de riesgo climático. Este consiste en el trinomio vulnerabilidad- amenaza- exposición. La vulnerabilidad es una característica inherente de un ecosistema o población que convierte su sostenibilidad y/o estabilidad débil frente a una alteración del clima. La amenaza es la certeza de una variación (incremento o descenso de temperatura) de un espacio determinado en un período determinado y, la exposición, es cuando confluyen un ecosistema, población o región vulnerable y una amenaza. La unión de estos tres factores genera el riesgo climático. Así lo muestra el IPCC, en el Quinto Reporte sobre Cambio Climático[2]:

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Teniendo en cuenta lo anterior, una adecuada PACC debe: Primero, conocer las poblaciones y ecosistemas más vulnerables frente al cambio climático a través del territorio. La vulnerabilidad de estas poblaciones puede referirse a las actividades económicas y productivas que realizan y cuán dependientes son éstas de la estabilidad climática. Además, son otros indicadores de vulnerabilidad la pobreza, el género y la cultura. Segundo, conocer e identificar las posibles amenazas de acuerdo a patrones históricos de variación climática y/o teniendo en cuenta indicadores globales de alteración climática. Para lograrlo, es necesario establecer lazos no solo nacionales, sino regionales y globales sobre los patrones de cambio climático y las tendencias del mismo. Tercero, planificar escenarios de respuesta en caso de riesgo real en los espacios más vulnerables e implementar respuestas para el manejo integrado de los ecosistemas o recursos más inestables.

No obstante, las políticas no son un checklist y no se completan a través de tener o no tener determinadas características; lo importante es que funcionen para lo que fueron propuestas, que tengan éxito al ser implementadas. Debemos pensar que las PACC, además, deben reconocer vulnerabilidades que, si bien son humanas, se extienden a través de sectores (como agricultura, pesca, producción, turismo, transporte, desarrollo social, etc.) que es como se gestiona el Estado. De modo que, una pregunta muy importante sería ¿cómo logro reducir el riesgo al cambio climático sectorialmente? Y, no menos importante, en países descentralizados, ¿cómo hago efectiva mi gestión a través de los diferentes niveles del Estado? La apuesta de los países Andinos ha sido clara: sistemas de gestión multisectorial, que involucran a las regiones y niveles locales; además, tendrán un ente rector que guiará la coordinación pero solo acompañará la gestión.

El estudio de las PACC, permite conocer la naturaleza de la coordinación de temas de gobierno que son multisectoriales, transectoriales, multinivel, evidence-based, entre otros adjetivos que no aminoran la tarea. Para ello, he desarrollado algunas de las características del diseño de los sistemas de gestión que me parecen útiles para entender la toma de decisiones de los países Andinos y que también permiten aprender cómo gestionar este tipo de políticas. A continuación sus decisiones más importantes en el diseño de sus PACC.

1.     Sistemas de monitoreo: Ciencia para la política
Mejor información es mejor respuesta frente al cambio climático. La participación de centros como SENAHMI[3] (Perú), INAMHI[4] (Ecuador) o IDEAM[5] (Colombia) en los sistemas de gestión de las políticas facilita la articulación entre la evidencia científica y las acciones de adaptación al cambio climático. Al respecto, una de las iniciativas más innovadoras hasta el momento en la región es la creación del INAIGEM[6] en el Perú donde se produce información actualizada específica sobre montañas para la adaptación en tales zonas.

2.     Participación ciudadana y civil: Espacios para el intercambio
La COP20 marcó un antes y un después en las negociaciones climáticas al expandir la participación a las instituciones civiles, comunidades indígenas y a los jóvenes como parte del proceso de acción climática. Además, se ha involucrado a las instituciones civiles dentro del proceso de diseño e implementación de la política que son mucho más cercanas a los proyectos y programas que se ejecutan con financiamiento extranjero. Estos espacios se extienden en el marco del CICC en Ecuador y el SISCLIMA en Colombia.

3.     Sistemas de gestión: coordinación, cooperación  y corresponsabilidad
No dividas y vencerás. La apuesta de los países andinos para su ACC no ha sido crear nuevas insittuciones para gestionar el tema, sino involucrar a los demás ministerios para lograr un objetivo conjunto. En otras palabras, la respuesta ha sido multisectorial o transectorial donde las acciones eran coordinadas por un ente y llevadas a la práctica por los demás sectores e instituciones. Sin embargo, plantearemos que hay dos formas en las que la coordinación se vuelve efectiva, más allá de un nivel conceptual: Primero, algunos modelos de gestión de la ACC, como en el caso de Colombia y Bolivia, se desarrolla en un marco de cooperación. Mientras Colombia rige el ACC a través del SISCLIMA que está liderado por diversas instituciones, el Departamento Nacional de Planeamiento (DNP) y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) brindan capacitaciones especializadas a los sectores sobre cómo hacer su plan de ACC sectorial y a los GORE, cómo hacer su plan territorial. De esta forma, no existe una responsabilidad compartida, sino que el DNP y MADS cooperan con los sectores brindándoles capacidades técnicas mientras son los sectores y los GORE los ejecutan. En el caso de Bolivia, la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra (APTM) también es asesorada en el proceso por el Ministerio de Autonomías, quienes vigilan el desarrollo de la Agenda Patriótica (AP), para que la política de ACC se riga según los criterios básicos del instrumento de planificación nacional (la AP). Segundo, países como Perú y Ecuador coordinan en el marco de un modelo de corresponsabilidad. En el caso de Perú, si bien la política de adaptación es multisectorial, encontramos que cada sector es responsable de ciertas acciones con respecto a la adaptación del país. Por ejemplo, si bien el MINAM es el sector responsable del tema, tiene responsabilidades sobre el ACC tanto como el MINAGRI en materia de la ACC en agricultura y riego. Además, en el Perú, el tema de ACC se maneja más ampliamente desde gestión de riesgo de desastres, como es el caso del friaje y el fenómeno del niño. En ambos casos, los ministerios relevantes trabajan juntos actuando en sus sectores bajo el mismo objetivo de reducir el riesgo. En el caso de Ecuador, cada sector debe reportar sus resultados a través del Plan de ACC de los mismos siendo el MINAMBIENTE quien supervisa pero no quien ejecuta.

4.     Modelo de desarrollo: transversalidad o sectorialidad
Algo que resulta importante para el avance de la ACC en los países Andinos es la inclusión del tema en sus instrumentos nacionales de planificación. Estos instrumentos guían las acciones y el destino del gasto presupuestal. De esta forma, se reconoce una correlación entre el nivel de avance de las ACC y su inclusión en los instrumentos de planificación.

Finalmente, las PACC, como sucede con otras políticas que involucran muchos sectores y niveles del Estado, necesita de una gestión eficaz, democrática, capaz y legítima. Por ello, los sistemas de gestión como el SISCLIMA y el CICC funcionan y dan continuidad a las acciones a nivel local y regional de la mano de la cooperación internacional. Asimismo, los sistemas de gestión multisectorial brindan visibilidad a los sectores sobre su participación y responsabilidad en el tema lo que permite accountability sobre su rol en el proceso. También, es relevante incluir las PACC en los instrumentos de planificación nacional. Existe una correlación entre la inclusión en estos y su nivel de avance ejecutivo. No obstante, a pesar de ser promisorios, las políticas multisectoriales implican un desafío importante por la coordinación entre sectores diferentes con capacidades, recursos y poder político, también, diferentes. Ahora, los países andinos tendrán que enfrentar en el fenómeno del niño, tal vez, el primer riesgo climático importante de los últimos años. Esperemos que las decisiones prueben su efectividad y pronta respuesta.

*La Asociación Civil POLITAI agradece a Alejandra Valverde Valverde, Licenciada en Ciencia Política y Gobierno por la Pontificia Universidad Católica del Perú, por publicar su comentario en este medio. La Asociación no comparte necesariamente las opiniones del autor.


[1] http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/cienciapolitica/article/view/12544 Revisado por última vez el 22/10/2015
[2] https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg2/index_es.shtml , chapter fourteen. Revisado por última vez el 22/10/2015
[3] http://www.senamhi.gob.pe/?p=1101 Revisado por última vez el 23/10/2015
[4] http://www.serviciometeorologico.gob.ec/ Revisado por última vez el 23/10/2015
[5] http://www.ideam.gov.co/ Revisado por última vez el 23/10/2015
[6] http://www.minam.gob.pe/notas-de-prensa/el-instituto-nacional-de-investigacion-en-glaciares-y-ecosistemas-de-montana-inaigem-ya-cuenta-con-presidente-ejecutivo/ Revisado por última vez el 23/10/2015