Inclusión a medias  

María Claudia Augusto  
18 de mayo de 2015

En las últimas semanas se ha generado una discusión que ha agudizado el debate sobre el crecimiento económico y la inclusión social. De un lado, representantes de distintas carteras del gobierno (MEF y MIDIS) [1] han defendido la vigencia de los programas sociales en contextos de desaceleración económica, resaltando la necesidad de incluir para crecer. De otro lado, algunos ex funcionarios y partidos políticos consideran que deben aplicarse políticas de austeridad para suspender o disminuir temporalmente algunas de las principales iniciativas implementadas por este gobierno en materia social

Esta discusión nos conduce a un debate más amplio sobre el rol del Estado y el funcionamiento del mercado dentro de un contexto nacional signado por legados neoliberales y del comercio internacional, marcado por la caída de precios en distritos rubros. En ese sentido, los intercambios verbales [2] entre Humala y algunos empresarios sobre el rol del sector público y privado en el crecimiento resultan relevantes para entender la política económica del actual gobierno, los límites a su capacidad y las ventajas o desventajas que actualmente esta fórmula mixta de autonomía imbricada (Alianza Público-Privada) nos ofrece.

De lado del gobierno, sin embargo, esta política de inclusión no se aplica homogéneamente en todos los ámbitos [3] Las protestas en Tía María confirman un patrón visto en otros gobiernos y conflictos sociales: El uso de la violencia y el empleo de discursos estigmatizantes que niegan lo que precisamente la inclusión debería afirmar. 

Esto pasa por la inexistencia de una visión global de lo que significa la inclusión social. La satisfacción de necesidades materiales y la lucha por una mayor calidad de vida como defiende la PCM [4], debe ir de la mano con una comprensión que se aproxime a las creencias, necesidades, valores y demandas que posee la población. Es decir, el esfuerzo por implementar políticas sociales en búsqueda de una mejora sustancial de las condiciones de vida resulta inútil sino incluye un reconocimiento del individuo como tal, alejado de aquellos discursos que deslegitiman demandas ciudadanas y sociales bajo banderas que apelan a la ignorancia, subdesarrollo o terrorismo. Los últimos acontecimientos son un claro ejemplo de una doble actuación del Estado que oscila en una bisagra de inclusión y exclusión desde una mirada aún muy centralista, cayendo en la ambigüedad y en una notable desarticulación de las iniciativas sectoriales.  

En ese sentido, más allá de lo institucional, uno de los principales desafíos que tiene la descentralización es entender la naturaleza del proceso, lo cual implica el reconocimiento de una pluralidad de identidades regionales y locales. La ausencia de una lectura multicultural transversal puede llevarnos, de lo contrario, a la persistencia de este tipo de declaraciones. 

 “Estas personas no tienen corona. Estas personas no son ciudadanos de primera clase que puedan decir 400 mil nativos a 28 millones de peruanos: Tú no tienes derecho de venir por aquí. De ninguna manera, ese es un error gravísimo. Y quien piensa de esa manera quiere llevarnos a la irracionalidad y a un retroceso primitivo”

(Alan García, ex presidente de la República) [5]

“Ahora ***  te vas a ir cuatro años a la cárcel”

(Policía a Antonio Coasaca, manifestante que fue sembrado por una arma, según sus declaraciones) [6]

“¡Porque son perros pues ***!”

(Policía a mujer en Plaza de Cajamarca durante las manifestaciones de Conga)

“¿Qué ganamos oponiéndonos al proyecto? Que no haya agua, vivienda, un buen hospital, que no haya seguridad ciudadana, que no existan las condiciones de vida a las que hoy un ciudadano del siglo XII tiene derecho” 

[7]  (Pedro Cateriano sobre el conflicto en Tía María)

“Hay que unirnos para que ese tipo de delincuentes no cambien una política de Estado (…). La defensa del estado de derecho debe ser una política de unidad del país, así como la política de impulsar las inversiones, en la que todas las fuerzas políticas nos unamos”

Ollanta Humala

Como se observa, lejos de motivar al diálogo estas expresiones pueden intensificar tensiones ya existentes. Y es que aunque en la actualidad nuestro país ha dado grandes pasos en políticas sociales y en institucionalidad ambiental [8], cabe recordar que el éxito de la inclusión, comprensión o diálogo no solo se sustenta en reglas institucionales sino que depende de la voluntad política y de la agencia de los actores en todos los niveles.

Esta lectura no niega la probable presencia de intereses personales en ciertos manifestantes, pero apunta a criticar aquel discurso, reforzado por los medios de comunicación [9] que estigmatiza al manifestante y que construye una idea de ciudadanía desde un solo puerto. El análisis de los actores involucrados (Empresa privada, Gobiernos regionales, autoridades locales, manifestantes, Gobierno Central, sectores pro mina, agricultores, entre otros) es necesaria para entender los objetivos y estrategias a fin de prevenir más olas de violencia. Asimismo, constituye una oportunidad para entender los límites entre la inclusión que buscamos y aquel crecimiento que tanto perseguimos. 

[1] Para entender la discusión.
“¿Medidas de austeridad el 2015? No sé en qué cabeza cabe eso. El Comercio. 21 de abril de 2015. http://elcomercio.pe/economia/peru/medidas-austeridad-2015-no-se-que-cabeza-cabe-eso-noticia-1805557
MEF: Sólo un 13% de la reducción de pobreza se debe al crecimiento del PBI. La República. 24 de abril de 2014. http://www.larepublica.pe/columnistas/observador/no-tan-segura-21-04-2015

[2] Sobre esto ver, por ejemplo:
Confiep pide a presidente Humala que se comporte como capitán del equipo. Gestión. 24 de abril de 2015. http://gestion.pe/impresa/confiep-pide-presidente-humala-que-se-comporte-como-capitan-equipo-2129977
Guerra y garra presidencial. La República. 24 de abril de 2015. http://www.larepublica.pe/columnistas/claro-y-directo/la-garra-y-la-guerra-presidencial-24-04-2015

[3]  Esto no solo se observa en materia social, sino también en otros ámbitos (Pensemos en los enfrentamientos de Villanueva con el MEF o de Urresti con el Ministerio de la Mujer, la premier y Cultura) La carencia de una visión global en el gobierno de Humala es clara ya sea por la inestabilidad de sus gabinetes, la ausencia de bases partidarias o la presencia de tecnócratas de distintos rubros y corrientes de pensamiento.

[4]  Definición de inclusión social para la PCM: http://www.pcm.gob.pe/reformas/?p=79

[5] Declaraciones de Alan García a la prensa: https://www.youtube.com/watch?v=3ekPeb6nMnw.

[6] Antonio Coasaca, víctima de abuso policial, pide que se le haga justicia. La República. 26 de abril de2015. http://www.larepublica.pe/26-04-2015/antonio-coasaca-victima-de-abuso-policial-pide-que-se-le-haga-justicia

[7] Cateriano: No nos podemos dar el lujo de rechazar Tía María. El Comercio. 14 de abril de 215. http://elcomercio.pe/peru/arequipa/cateriano-no-nos-podemos-dar-lujo-rechazar-tia-maria-noticia-1804265.

[8] No debe dejarse de mencionar que pese a estos logros, en los últimos años los paquetazos ambientales han recortado algunas funciones de estos mismos órganos.

[9] Una discusión sobre el rol que cumplen los medios de comunicación en la construcción de sentidos comunes, la agendación de temas políticos y sus relaciones de poder da para otro comentario. Sin embargo, debe resaltarse que el caso de Correo es sólo una pequeña parte de una realidad más compleja y que sorprende, el poco conocimiento que se tienen aún sobre las dinámicas mediáticas a nivel regional.  

[10] Ver por ejemplo:
Antimineros tiran portazo al diálogo. Gestión. 24 de Abril del 2015. http://gestion.pe/impresa/antimineros-tiran-portazo-al-dialogo-tia-maria-2130004

*La Asociación Civil POLITAI agradece a María  Claudia Augusto (Comisión de Investigaciones de la Asociación Civil POLITAI) por publicar su comentario en este medio. La Asociación no comparte necesariamente las opiniones del autor.