César Guevara*
“Las autoridades no están jamás. Hace siglos que en el Perú no está nadie”
Manuel Scorza, Redoble por Rancas
El actual contexto sociopolítico –los paros y las movilizaciones sociales– de manera más notoria ha evidenciado la incapacidad del gobierno de Pedro Castillo. Si bien la mencionada incapacidad explica que un sector ciudadano exija la renuncia del presidente, esta sigue la posición inicial de que el Ejecutivo no sea ocupado por una fuerza política cuestionada.[1] Este hecho nos evidencia que la dirección del Ejecutivo no es lo único que explica la crisis, lo que se constata con que en distintas regiones del país el pedido de renuncia del presidente no sea parte de los reclamos. Es decir, la crisis en la que estamos es consecuencia de un problema que sobrepasa al actual gobierno, lo que podríamos entender como una “crisis profunda” (Vich, 2022). Por ello, es necesario preguntarse, primero, cuál es la problemática que enfrentamos y, después, si la renuncia presidencial es suficiente para solucionarla.
En una nota de Ojo Público se constata que en varias regiones del país se exige solucionar problemas que anteriores gobiernos desatendieron. Por ejemplo, desde noviembre del 2020, los trabajadores de las empresas agroexportadoras de Ica demandan una normativa laboral especial que, entre otros factores, incremente su remuneración diaria (Montaño et al., 2022). Es decir, las regiones exigen soluciones a problemáticas que nacen de una construcción estatal que no ha integrado en una sola nación a la “población culturalmente diversa y geográficamente dispersa” (López, 2022b). En otras palabras, la ciudadanía que se manifiesta en las regiones votó por la posibilidad de reparar “una vieja deuda histórica” (Vich, 2022). Entonces, la crisis profunda, agudizada por la COVID-19 y el contexto internacional, gira en torno a un Estado desinteresado en resolver conflictos sociales.
La necesidad de atender estas demandas motivó la elección del candidato Castillo en la primera vuelta (France 24, 2021). Ocho meses después, el presidente Castillo no ha viabilizado promesas de campaña que solucionen esta problemática. Sin embargo, a pesar de su incapacidad en el Gobierno y su pérdida de legitimidad (Banda, 2022), no podemos invisibilizar la crisis profunda que atravesamos para, luego, encaminar soluciones efectivas de largo plazo. Es esta crisis la que nos exige cuestionar si una hipotética renuncia del presidente solucionaría los históricos conflictos sociales, ya que, de dimitir Castillo, quien asumiría el cargo sería Dina Boluarte o, de no aceptar ella, María del Carmen Alva (Semana, 2022). Es decir, la misma clase política, que por defender intereses propios no soluciona diversos problemas sociales, sería la encargada de resolver esta crisis.
La defensa de los intereses propios de la clase política se evidencia en el arrinconamiento mutuo al que se han sometido el Ejecutivo y el Legislativo desde el 2017. Nos referimos al pedido de vacancia presidencial que se utiliza como instrumento político para contener al gobierno de turno (Zevallos, 2021), lo que explica nuestra perenne crisis política (Jaramillo, 2022). Por ello, debemos entender que “renuncia y vacancia son las formas que asume el golpe de Estado en el Perú” (López, 2022a), ahora justificada por la incapacidad de criterio y liderazgo de Pedro Castillo (Banda, 2022). No obstante, luego de cinco años del primer pedido de vacancia, tras el cual se han sucedido diversos presidentes y congresistas, la acefalía de estas instituciones representativas no ha resuelto la crisis profunda que ahora es notoria en varias regiones del país.
La clase política no posee interés en resolver esta problemática porque, en palabras de Cecilia Méndez (2022), se configuró por la “lógica antipolítica”, como la describió Carlos Ivan Degregori. Esto nos remonta a la época de la dictadura fujimorista en la que se comenzó a entender al opositor como el enemigo al que se debía de eliminar y no con el que se podía dialogar. Es decir, estamos frente a una clase política que no ejerce liderazgo –el que entendemos como el “ejercicio racional de la autoridad” que armoniza “intereses y aspiraciones”–; por ello, en el Perú no hay quien sepa “gobernar, administrar el poder con eficiencia pero también con justicia” (Méndez, 2022). Bajo esta premisa se debe entender que cambiar a quienes dirigen ambos poderes estatales no solucionaría nuestra crisis profunda, ya que seguiremos eligiendo a representantes que no poseen incentivos para representarnos.
En ese sentido, nuestros representantes no son el problema central, sino las reglas mediante las que elegimos a esta clase política. De lo contrario, nuevamente nos enfrentaremos a elecciones en las que tengamos que elegir “el mal menor”. Por este motivo, primero se debe realizar una profunda reforma política que regule las normas electorales y de partidos (López, 2022a; Tuesta, 2018). Además, construir una estructura estatal impermeable a las disputas entre los poderes Legislativo y Ejecutivo (Ames, 2022), lo que significa rediseñar las relaciones de ambas instituciones (Tuesta, 2018). Sin embargo, debido a la falta de voluntad política que, mediante los representantes en el Congreso, defienda un proyecto sólido de reforma, y no solo modificaciones de leyes (Tuesta, 2018, 2022), seguiremos expuestos a grupos que comparten y defienden intereses propios.
Pese a que las soluciones propuestas posibilitarían reformas que impulsen un cambio institucional de largo plazo, debemos puntualizar que es la clase política la que se resiste a cambiar las reglas electorales e institucionales. Esto se evidencia, por ejemplo, en el nulo control que el Congreso ejerce sobre el Ejecutivo. La falta de censura a ministros, actualmente cuestionados, demuestra que ambos poderes no son “alternativas creíbles y sensatas” (Tuesta, 2022). Frente a este contexto, la solución para encaminar una institucionalidad, que finalmente resuelva la crisis profunda, le corresponde a la ciudadanía (Ames, 2022; López, 2022a): una que recupere no solo sus derechos, sino su capacidad de agencia. Esto significa que debemos intervenir activamente en la elección de autoridades y en los debates públicos sobre promulgación de leyes o políticas públicas (Gamio, 2011, p. 38).
Para ello, necesitamos cuestionar el oligopolio mediático porque atenta contra el acceso libre a la información y la libertad de conciencias (López, 2022a). Además, exigir espacios de formación democrática en todas las instituciones de la sociedad civil y el sistema político (Gamio, 2011, p. 39). Mediante estos podremos eliminar la debilidad social y política que no permite que nuestra nación se unifique (López, 2022b). Así, empezaremos a reconocer que la crisis que afrontamos va más allá del período actual. Que esta es, como lo aseguraba Manuel Scorza, la falta de autoridades –en el interior del Perú– que se hagan cargo de los problemas sociales. Y que esta falta de interés se debe a que las reglas con las que elegimos a nuestra clase política no permiten que escojamos a quienes sepan gobernar. De esta manera ya no veremos como el enemigo a quienes no comparten nuestra visión.
[1]Para ello, recordamos los resultados de la primera vuelta electoral del 2021. Véase Castro, J. (2021). Elecciones Perú: Un país fracturado enfrenta el dilema del antifujimorismo vs el antizquierdismo.
Bibliografía
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Banda, G. (2022, Abril 6). La hora oscura del profesor. El Comercio. https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/la-hora-oscura-del-profesor-por-gonzalo-banda-noticia/
Castro, J. (2021, Abril 12). Opinión | Elecciones Perú: Un país fracturado enfrenta el dilema del antifujimorismo vs el antizquierdismo. The Washington Post. Retrieved Abril 10, 2022, from https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2021/04/12/resultados-elecciones-2021-peru-primera-vuelta-castillo-fujimori/
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Gamio, G. (2011). La ética en la política. Apuntes de ética cívica. Páginas: Centro de estudios y publicaciones, 36(222), 36-41.
Jaramillo, C. (2022, Abril 11). La eterna crisis peruana: más allá de Pedro Castillo. Razón Pública. Retrieved Abril 12, 2022, from https://razonpublica.com/la-eterna-crisis-peruana-mas-alla-pedro-castillo/
López, S. (2022a, Marzo 3). Golpe de Estado permanente (4). La República. https://larepublica.pe/opinion/2022/03/03/golpe-de-estado-permanente-4-por-sinesio-lopez/
López, S. (2022b, Marzo 31). El Perú, un país del casi. La República. https://larepublica.pe/opinion/2022/03/31/el-peru-un-pais-del-casi-por-sinesio-lopez/
Méndez, C. (2022, Marzo 29). ¿Dirigir o dominar? La República. https://larepublica.pe/opinion/2022/03/28/dirigir-o-dominar-por-cecilia-mendez/
Montaño, F., Chávez, R., Alfaro, Y., Santos, G., & Castro, A. (2022, Abril 10). Las promesas incumplidas a las regiones y el manejo errático de Castillo acentúan la crisis política en Perú. Ojo Público. Retrieved Abril 10, 2022, from https://ojo-publico.com/3430/las-promesas-incumplidas-y-el-manejo-erratico-de-castillo
Semana. (2022, Abril 6). ¿Qué pasaría en Perú si Pedro Castillo renuncia a la Presidencia? Semana. Retrieved Abril 10, 2022, from https://www.semana.com/mundo/articulo/que-pasaria-en-peru-si-pedro-castillo-renuncia-a-la-presidencia/202209/
Tuesta, F. (2018). Partidos en su laberinto. Una reforma sin brújula. DESCO. Sin paradero final. Serie Perú Hoy, (33), 71-89.
Tuesta, F. (2022, Marzo 22). ¿Cómo se van todos? Blog PUCP. Retrieved Abril 9, 2022, from http://blog.pucp.edu.pe/blog/fernandotuesta/2022/03/22/como-se-van-todos/
Vich, V. (2022, Abril 5). El deterioro profundo del Perú. Ojo Público. https://ojo-publico.com/3419/el-deterioro-profundo-y-extenso-del-peru
Zevallos, J. (2021, Noviembre 28). Vacancia presidencial: ¿Cuántos procesos se han realizado en los últimos 5 años? La República. https://larepublica.pe/politica/2021/11/27/pedro-castillo-5-procesos-de-vacancias-presidenciales-del-congreso-en-el-ultimo-quinquenio-poder-ejecutivo-martin-vizcarra-pedro-pablo-kuczynski/
*César Guevara, estudiante de la Especialidad de Ciencia Política y Gobierno de la Pontificia Universidad Católica del Perú y asociado de la Comisión de Investigaciones.